viernes, 24 de octubre de 2008

Santa Lluvia o una tarde pasada por agua.


He decidido, por los pelos, presentarme a este certamen. Pensé que llegaba tarde pero una lectura detenida en el último comentario de Toni1004 en su blog "El Mosquitero", me ha aclarado las dudas. Hay tiempo hasta el día 26, así que ni corta ni perezosa, y sin darle muchas vueltas al asunto, me he puesto a la faena.

He preferido no leer ninguna para evitar "injerencias" con el resto de ellas. En ratos perdidos iré leyéndolas.

Como es de "obligado cumplimiento", aqui dejo mi historia y ahora dejaré un comentario en su blog anunciando que tengo más valor que "El Guerra" y aquí está la mía.

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Era un día especial, iba arreglada con todo detalle, para la cita sin embargo el cielo no auguraba nada bueno. El día había amanecido muy nublado y la tarde se convirtió en una pesadilla gracias a la lluvia, aunque a mi me parecía que nada estropearía aquella “cita a ciegas”.

Salí de casa temprano, preparada para un encuentro maravilloso, esperado durante tanto tiempo y la primera dificultad la encontré en el tráfico. Menos mal que había salido con tiempo, soy tan absurdamente puntual que siempre he preferido llegar adelantada que dar un plantón. Sí, por aquello, tan manido pero tan cierto, de no hacer lo que a ti no te gusta que te hagan.

Después de ir enumerando por orden alfabético a todos los alcaldes, ministros de Fomento, etc., con innumerables recuerdos a sus ascendientes y descendientes, no precisamente para ponerles una coronita de santidad, conseguí llegar a la ciudad después de sortear auténticas piscinas en el pavimento.

Cambié de la radio al CD con la intención de ir animándome y aparecer, aunque mi pelo hubiera dejado de ser una melena esplendorosa para pasar a ser una maraña extraña gracias a la humedad, con una sonrisa espléndida. Eso siempre es un buen comienzo en una cita.

Sin embargo no contaba con la dificultad del parking. Claro, todo el mundo había sacado el coche y allí estaba yo haciendo nudos para que “San Cucufato” me ayudara en la ingrata tarea de encontrar un hueco (letanía muy usual cuando pasan estas cosas: San Cucufato, San Cucufato, si no hay parking los co.. nes te ato, mientras se aprieta el nudo).

Al final, con el tiempo escaso y después de 25 maniobras para poder soltarlo, conseguí uno lejos de mi destino.

Salí como alma que lleva el diablo pero no contaba con el viento y su ferocidad, así que en los primeros 35 metros, el paraguas se “dio la vuelta” 3 veces, lo que me obligó a utilizar las dos manos para sujetarlo, pero al dar la vuelta a una calle, se rebeló contra mí y decidió partirse.

Al tiempo que yo perdía mi paraguas, sin tiempo para hacerle un merecido funeral, la lluvia se convirtió en diluvio y comenzaron los desastres. Mi pelo se empapó, los zapatos iban haciendo “chof-chof” gracias a los incontables charcos que había en todas las aceras. El goteo del pelo sobre mi cara consiguió que el rimmel empezara a correrse y para cuando llegué, más bien parecía una trucha recién pescada que una mujer que iba a su primera cita a ciegas.

Entré estornudando y moqueando. Dejando charcos según caminaba en el Vips. Me escocían los ojos por culpa del maquillaje así que me fui a toda velocidad al baño para intentar mejorar aquel desaguisado pero al verme reflejada en el espejo vi que aquello no tenía solución.

Antes de salir del servicio había tomado una decisión, no iba a ponerme el pañuelo rojo al cuello para ser reconocida por él. De camino al baño le había visto. Estaba leyendo el periódico “El Mundo” tal cual habíamos quedado y había un sombrero sobre la mesa. A primera vista era un “cañón” pero yo, con la pinta de una anguila biafreña no estaba para citas ni otras cosas, así que no saqué el pañuelo, volví a mi coche y maldije durante todo el viaje de vuelta, aquella asquerosa tarde de lluvia que truncó mis mejores expectativas.

Mientras volvía a casa, sorteando atascos y con un cabreo del quince, sonó el móvil en varias ocasiones. No tuve valor de cogerlo, bueno, valor tenía pero razones o excusas para el plantón, no. Yo que he odiado siempre los plantones, había dado uno y la excusa era tan peregrina como que la culpa la tenía aquella maldita tarde de lluvia. Quedaba descartado explicarle que mi aspecto era la raíz del problema, habría sido peor el remedio que la enfermedad. Él no me había visto y, desde luego, no lo iba a hacer con esta pinta!!!. Con el cuidado que había puesto para que todo fuera perfecto y aquella lluvia se volvió contra mí, convirtiéndose en tal diluvio que me transformó en poco menos que un proyecto de mujer, empapada y desteñida. Sí, mis zapatos negros habían desteñido y mirar a mis pies era peor que hacerlo a mi cara.

Al día siguiente, y gracias a aquella desastrosa tarde de lluvia, me encontraba en la cama, muerta de frío, con fiebre y moqueando como un grifo. Fue entonces cuando me atreví a coger el teléfono y llamar.

Que cielo de hombre y qué bien se tragó la historia. Pobrecito, tan guapo y tan elemental!!! Mi voz delataba el enfriamiento y el resto vino rodado. Le pedí disculpas por no haber podido llamarle ni coger el teléfono porque en “Urgencias” del hospital estaba prohibido. Ya sé que todo el mundo lo hace pero yo soy muuuuuuy respetuosa con las normas.

Quedamos para otro día. Me auto-impuse que la siguiente ocasión sería sin la más mínima probabilidad ni de un chubasco ligero, no estaba dispuesta a que otra tarde de lluvia aguara mis planes, y cuando digo aguar, es por no decir que los inundó.

No tardó mucho en producirse. Quedamos de nuevo y aquella vez no falló nada, pero…………. eso quedará para cuando el relato trate de una tarde soleada cuando todo salió a pedir de boca.



18 comentarios:

AntonioEZafra dijo...

jajajaj Muy bueno Montse.¡Como que tu historia no es suficientemente buena! Has conseguido hacer una historia medianamente alegre en una tarde de lluvia...y eso tiene mérito mujer...jejeje

Pòr cierto, te apunto en el concurso, pero el comentario debe estar en esta entrada:

http://www.elmosquitero.com/2008/09/inscripcin-de-relatos-para-el-ceth-iii.html

Es que todos han dejado ahí su comentario. Un beso y no olvides apuntarte adecuadamente....jejeje

Anónimo dijo...

Hola!! Me ha gustado tu historia, recuerda que los últimos serán los primeros!! Un beso, guapa!!

Anónimo dijo...

Me ha gustado tu historia además de que mantiene cierta intriga. Enhorabuena y buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Estimada Montse:

Te pido mis más humldes disculpas por la "plancha" pero tiene su explicación que te indico:

La Nicolasa es (¿era?) uno de los más famosos restaurantes de San Sebastian (Guipuzcoa). De hecho hay una anecdora curiosa. Te la cuento. Unos bilbainos fueron a comer a La Nicolasa y pidieron (conla habitual chuleria bilbana) "agua de bilbao", o sea, champan.
Cuando pidieron la cuenta, salió la dueña y le dijo que no se debía nada. Cuando ellos dijeron que ¿como? si hemos tomado 5 botellas, ella (más chula todavía) les dijo "En mi casa, el agua no se cobra".

De todos modos, espero no te hayas ofendido. Ten en cuenta que para mi, el ser vasco, es un honor.

Y esto último lo he dicho sin ningún tipo de chulería, de verdad. No se que conoces del pais vasco pero te aseguro que no es cierto "todo lo que se cuenta".

Un fortisimo abrazo,

Esteban

Anónimo dijo...

super tu historia yo me hubiera mostrado se que era la primer cita y a ciegas pero fijate en las peores circunstancias nos damos cuenta del verdadero rostro de nuestra futu o actual pareja , espero haber como queda la experiencia en la tarde soleada, beso despe .

Aspective dijo...

Muy buena historia. Me he reído imaginando el resultado del "desastre".
Y creo que la chica hizo bien en el fondo.
¡¡Suerte!!

Aspective dijo...

Me has despertado el gusanillo. Voy a mandar algo yo también. Es divertido.
Gracias. No conocía ni el sitio ni la convocatoria.
Besitos
Ángel

Escarlata dijo...

Me gustó, divertida y con final abierto... Mucha suerte en el concurso!!

Montse dijo...

Gracias a todos por vuestra generosidad pero he de reconocer que la hice un poco a salto de mata mientras atendía clientes, cogía el teléfono y recibía visitas pero me "picó" el último post que puso recordando que hasta el día 26 se podía.

Por intentarlo que no quede.

Gracias por vuestras visitas y comentarios

Besitos encantos

Jazmín Lobo dijo...

Hola guapa...

Estupendo el relato. Seguro que ganas el concurso.

Un besote.

:-*

Aspective dijo...

Hola de nuevo. He vuelto para releerlo más despacio.
¿Sabes? lo curioso de tu relato es que me da un punto de vista distinto (y con un enfoque muy cachondo)
Yo siempre me habría visto desde la perspectiva del que lee el mundo, y tiene un sombrero (alquilado por supuesto)sobre la mesa. Sintiendo como mi ego y mi seguridad bajan como la bolsa. LLamo y vuelvo a llamar y no me lo cogen. Concluisión: ha venido, me ha visto de lejos y ha salido huyendo.
La llamada del día siguiente, con una excusa que me puedo creer, además, suena como música celestial en mis oídos.
Veremos que pasa cuando llegue el calor, me quite ropa y se me note más el michelín.
Está fenomenal y es super original.Todos los que he leído hasta ahora (incluyendo del mío) tienen un aire melancólico o misterioso. Es el único que te arranca una carcajada (un poco traviesa) imaginándote a la pobre después del tsunami.
¡¡Suerte!!

Naida dijo...

Brrf que mal me lo has hecho pasar con tu relato!! A mí con la lluvia también se me crepa el pelo pasando de mujer a caniche, pero en un día tan especial?? Debe de ser horrible!!.

A pesar de que me he angustiado un poco por la situación, me he reído mucho!!

Espero que publiques el de la tarde de sol...

Mucha suerte

Pedro Estudillo dijo...

Me has hecho reír, emocionarme, intrigarme, apasionarme... y desesperarme por dejarlo a medias.
Bueno ya sabes que tienes la obligación de terminarlo, que hoy luce un sol espléndido.
Me ha encantado tu blog.
Un beso.

Martikka dijo...

Me gustó! Suerte en el concurso!

Anónimo dijo...

Releo para las votaciones y de nuevo me ha gustado mucho, te deseo toda la suerte en el concurso.

Un saludo

Jose Antonio dijo...

Interesante, te deseo mucha suerte en el concurso.

Saludos Cordiales.

Aspective dijo...

Hola de nuevo, Montse.

Verás, he copiado la iniciativa de algunos de los participantes en el concurso, y querría reproducir en mi blog aquellos relatos que más me han gustado, para poder compartirlos.

Por supuesto con todas las referencias a tu blog y a ti como autora del relato.

Me gustaría, si te parece bien, reproducir tu relato en mi página, pero además, publicar a continuación la "segunda parte" que escribiste en base a los comentarios y que la complementa de forma espléndida


¿Cuento con tu autorización?

Muchas gracias

Anónimo dijo...

Buena historia ! Me ha gustado mucho :) Suerte !