Es sencillamente espectacular el Estadio Olímpico de Beijing al que los propios chinos bautizaron como el Nido, por esa forma tan característica y que parece el entralazado típico de las aves a la hora de preparar sus nidos.
Sus autores, los suizos De Meuron y Herzog, no se han conformado con crear una estructura llamativa para albergar las pruebas de atletismo, han aprovechado para experimentar desde la sencillez de su aspecto pero con la complejidad de su ejecución.
En el interior se alternan bloques de piedra, pequeños jardines cubiertos y sotillos de bambú, entre otras cosas.
Impresionante la “carrera” de Li Ning con la antorcha hasta llegar al pebetero. Me encantó la idea aunque sigo pensando que fue Barcelona la que creó la idea del cambio en la forma de encendido y eso genera que se vean momentos espectaculares. Ahora todo es innovar pero a los primeros que se les ocurrió cambiar la típica subida hasta el pebetero por unas escaleritas agotadoras, fue a los organizadores y creadores de la ceremonia inaugural de Barcelona.
Aún recuerdo los Juegos de Los Ángeles donde Li Ning emocionó al mundo con sus ejercicios en gimnasia. El “Príncipe de la Gimnasia” fue su apodo y ahora se dedica a la equipación deportiva. Me hizo gracia ver las mochilas de los gimnastas españoles (Gervi, Rafa Martínez, Iván, etc.,) con el nombre de “Lining”.
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