Apareció el jueves pero no interpreté correctamente su presencia. Lo primero que pensé fue lo evidente, es un trancazo del quince pero estaba absolutamente equivocada.
La noche del jueves al viernes fue lo que se suele llamar, una noche toledana, sin cabezas cortadas, pero horrorosa. Lógico por otra parte. Mis únicas experiencias con “seres” dentro de mi cuerpo habían sido mis embarazos (y el bebé inocuo que vive en mi zona parietal izquierda), pero aquellos se circunscribían a mi tripa y poco más, sin embargo en esta ocasión, la posesión era completa. Está claro que eso debe llevar su tiempo y las lógicas molestias para la ocupada, en este caso, yo.
El viernes amanecí no precisamente en sus brazos, como dice la canción. Al contrario, él estaba dentro de mí. Me di rápidamente cuenta. Al poner los pies en la alfombra de mi habitación, tuve que aguardar unos segundos porque todo me daba vueltas en la cabeza. Mis neuronas, pocas pero guerrerísimas, estaban a la greña con las del okupa. Me fui al baño y descubrí que tenía dos rosetones colorados en mis mofletes. Esos no eran míos, eran del okupa. La frente me ardía y todo mi cuerpo pesaba 17 toneladas (pensé que Mercedes, mi endocrina, me mataría en la próxima cita por haberme saltado el régimen pero era el okupa!!!!!!).
Volví a la cama mareada y me dejé caer como una “Dama de las Camelias” cualquiera pero con menos glamour y por supuesto, un vestuario mucho menos fashion. Sudaba mucho y mi pijama estaba empapado. Siento repetirme pero todo culpa del okupa.
Y entonces se produjo el momento álgido en el que le descubrí. Avisé a mi hijo mayor para que me trajera algo. Quería café y mis pastillas matutinas acompañadas de un zumo de “eferalgan” para ver si aquello podía mejorarme algo y echaba al okupa de mi cuerpo (ya sé que el eferalgan es como si “Juan y Manuela” pero es lo que mi “equipo médico habitual” me permite sin pasar por sus garras). Diossssssssss, abrí la boca y reconocí inmediatamente al okupaaaaaa. Era un camionero búlgaro el que hablaba por mí!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Esa voz grave, ininteligible, sumada a los sudores, los rosetones, etcétera, eran a causa de la invasión de mi cuerpo por un camionero búlgaro, por favor!!!!!!!
Mi hijo mayor me dijo que no me preocupara, que avisaría al despacho que no podía ir (no creyó ni por un segundo lo del camionero búlgaro, pero yo tengo pruebas) porque tenía fiebre y ya que mi voz era irreconocible, sacaría la cara por mí.
Sabía que mis sospechas no eran infundadas. ¿Dónde estaba mi hiperactividad a las 7 de la mañana? Sí, justamente esa que me impide hacer muchas cosas por la imposibilidad de estarme quieta, de ahí que el golf no haya sido nunca un deporte para mí y mira que Paco, un buen amigo y profesor de golf, lo intentó cuando Rafa tenía la escuela, pero siempre preferí el paddle, es que siempre fui una “caga-prisas”. Las fotos me salen movidas, no me gustan las sobremesas porque parece que me hubieran puesto “polvos pika-pika” en el asiento, en resumen, necesito hacerlo todo muy deprisa. Creo que lo único que hago con cierta calma es jugar al backgammon, claro está que aprovecho para pensar, además de las jugadas, en las cosas que tengo pendientes.
Pero volviendo a la posesión, después de mi primera tanda de “pastillaje” me puse a hablar en alto, para intentar saber si el camionero y yo coexistíamos pacíficamente. Pues no, se había apoderado de todo mi ser.
He pasado un fin de semana, vulgo “finde”, con una languidez desconocida para mí. He dormido como hacía siglos!!! Cada vez que despertaba, mi primer pensamiento era que ya no podría dormir más, pero craso error, al poco tiempo ya estaba roncando de nuevo (el roncador era el camionero búlgaro, palabrita del Niño Jesús, que una es una señora). Y cuando digo roncando, lo aplico a la máxima expresión de la palabra: temblaban las paredes.
Hoy mi despertar ha sido algo mejor. Creo que el camionero búlgaro ha dejado que mi voz asomara a ratitos pero en cuanto al resto, sigue siendo el dueño de mi cuerpo y de mis actos. Cualquiera diría que ha hecho el tipo el recorrido del “Orient Express”!!!! Agotadito estaba y sólo quería sudar, beber, dormir y hacer esos ruidos brutales que han llegado a crear alarma en el vecindario (Diosss, de ésta salgo en portada del “Sanse Post”).
Mis hijos, amables y cariñosos, han estado pendiente de nuestros deseos, no nos ha faltado agua, calditos de pollo, medicación a la hora fijada y hoy la prensa en la cama.
Siglos ha que yo no leía la prensa con calma y placer en la cama (las estancias en esos sitios que odio pero a los que voy impepinablemente cuando mi cuerpo se rebela contra mí, no cuentan). Es evidente que tenía que leer despacio para que el camionero búlgaro comprendiera lo que estábamos leyendo. Nos hemos puesto al día en economía, en política, en exteriores, en la Comunidad de Madrid, en moda, viajes, cocina, etc (los deportes nos los hemos saltado porque el camionero búlgaro y yo somos del Atlético de Madrid y seguimos de capa caída. Mis apellidos compartidos con jugadores de ese equipo, es lo que tiene que miembros de la family se dediquen al fútbol, llevan un lazo rojiblanco con crespón negro).
Siento que el camionero búlgaro se va. Es lo normal, él a sus camiones y yo a mis “impuestos”, pero me tendría que haber hecho una grabación para llevársela al “equipo médico habitual” y que vieran como he sido capaz de estar quieta y relajada. Sin hablarles por supuesto del camionero búlgaro para no ampliar en exceso el número de integrantes del reiterado “equipo médico habitual”. Me ha dolido horrorosamente la cabeza y no he pensado para nada en mi próxima revisión neurológica que se acerca a pasos agigantados. Es normal que a un abnegado camionero búlgaro con tantos kilómetros en la espalda, le duela la cabeza y todo el resto, así que me he conformado con volver a dormir, esperando que al despertar, hubiera desaparecido como así ha sido.
Por eso estoy aquí escribiendo esto, porque ya no me lloran los ojos ni me clavan alfileres en la retina al mirar la pantalla.
Querido Blog, esto quedará entre nosotros, no quiero que la gente piense que estoy para la “camisa de fuerza” pero que conste que me ha gustado compartir 3 días con el camionero búlgaro. La sensación de hacer las cosas a cámara lenta, es decir, como casi todo el mundo menos 45 y yo = 46, que se piensan que les van a quitar las aceras si no van deprisa o que corriendo los minutos tendrán 90 ó 95 segundos, ha sido muy, pero que muy placentera.
Voy a aprovechar este comentario para daros las gracias a todos por vuestras visitas, vuestros comentarios y por “echarle un ojito” al blog para que no le hicieran un graffiti o le echaran silicona en la cerradura. Ya se sabe que en cuanto alguien ve algo como si estuviera abandonado, lo arrasan pero veo que está más bonito que un “San Luis”, igualito que lo dejé.
Ahora, con parsimoniosa languidez (el C.B. no se ha ido del todo :-)) me pasearé por “mis indispensables” para disfrutar de una tarde de domingo mientras “consiento”, por dejadez, que el camionero búlgaro vuelva a su transporte y yo no me sienta desangelada por su marcha.
Besitos encantos
P.D. Las palabras "Cicuécalos y Rengífaros" que dan nombre a este blog, tienen su explicación en la segunda entrada de esta casa, en el mes de Marzo (es que es mejor leerla allí que repetirla ;-))
P.D. 2.- Aprovechando que el C.B. se iba, le he dado mi suscripción en Boosterblog para que la tire por la ventanilla del camión en cualquier cuneta perdida por los mundos de Dios. Así que no me busquéis para votarme que "ni toy, ni se m'espera", jejeje.
7 comentarios:
Montse:
Por un momento me había asustado con lo del "camionero bulgaro que tenías dentro" ¡ UFFFFFFFFF !.
Poco a poco me he ido dando cuenta que no era un post "erótico" sino "gripotico". HE HE HE HE
Tus comentarios y tus "besitos encanto" son una de las cosas que me motivan a seguir escribiendo así que no me queda más remedio que darte las gracias y lo hago muy pero que muy agusto.
¡¡ Que te mejores preciosa !!
Esteban
P.D. - Y sigue leyendome y comentandome. Y no te cortes, si hay algo que no te gusta ¡me lo dices y ya esta!
gracias por tu visita y comentario Montse y mis perritos gustosos eh? que nenas me han dicho jejeje bienvenida al club de la libertad besitos ve por favor donde Vesta por que por motivos de salud quizas deje el blog bueno Montse besos buenas noches.
p.d. mejorate y recuerda lo he leido por ahi cuan mas obscura es la noche mas cerca esta el amanecer o algo asi ya hice lo de el chavo del ocho jejeje besitos y buenas noches la despe.
Jajaja, lo que me he reido con el "camionero búlgaro", jejeje!!! lo estaba viendo en el camón tocando el claxon, jejeje!!! Pues este año dicen que vienen bien grandotes los camioners búlgaros como este, jejeje!!! Yo voy a sacar el "carné" de camión por si viene que no me quite el trabajo, jejeje!!!
Cuando sepamos algo de la migración de blogs te informo. Aunque por mi, cada uno que se fuese a donde quiera porque lo importante es visitar.
Un besote y que no sea nada lo del camionero.
Hola cielo! me alegro que el camionero Búlgaro, ya se esté preparando, para el regreso a su país y así te deje en paz.
Yo , como posesa por las “okupas” constantemente, sé muy bien como se siente una…, solo decirte que afortunadamente, el camionero se marchara.
Me ha encantado verte otra vez con nosotros, se te echaba de menos!....
Un besazo cielo.
Bienvenida!!
Estaba preocupado pensando si te habrías ido a París de nuevo sin avisar. No sabía que nos "estabas poniendo los cuernos blogueros" con el C.B.
En fin, como casi siempre que acaba una relación, te deja hech@ unos zorros, supongo que te encontrarás flojita aún.
¡Que te mejores y prohibido terminantemente ponerse malita sin avisar y dejarnos sin nuestra ración diaria de blog, eh!
Por dios, pero no te da pena q se vaya
Hija yo tengo un camionero Búlgaro dentro y te juro por los clavitos que no lo dejo escapar.
Ains pobre hombre lo has mandado por esas autopistas perdidas, con lo abrigaito q estaba él, bien cuidao y atendio
Ahora qué hará él??, pobre, q nunca se sintió asi de bien atendió
Mira mándamelo pa Logroño seguro q yo no lo dejo salir
jejjeje
Pd. cuidateeeeeeeeeeeee
muakkkkkkkkkkkkkkkkkk
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