sábado, 3 de mayo de 2008

Muji

Hoy me he levantado con ganas de “chafardear” un poquito, no demasiado, y qué mejor qué hacerlo en blog propio que para eso se tiene. Me encanta “mujiquear” y no tiene nada qué ver con hacer el canelo en clave de “montse” utilizando mi apellido para despistar, jajajajaja.

Que nadie piense que ayer le di en demasía al “Raimat”. De sobra es conocido mi gusto por sus caldos aunque no desdeño un “Barón de Chirel”, el favorito de “nuestro” monarca.

Vuelvo al principio de mi relato a ver sí, con tanta dispersión, me acaban confundiendo con la Reina madre favorita de todas mis “Reinas madres”, la del Reino Unido, que no se iba a la cama ningún día, casi hasta el final de los suyos, sin haberse calzado 3 ó 4 vodkas-martinis y otros tantos Gin-Dubonnet, eso para ir calentando motores.

Bien, pues a lo que iba. Me rechifla la tienda Muji. Recuerdo que en mi último viaje a París pude verla pero no la aprecié en su justa medida. Ahora me estoy convirtiendo en una muji-adicta.

Muji es la unión de dos palabras “Mujirushi y Ryohin”, que significa “no etiqueta, productos de calidad”. Pues bien, Muji es una Ikea a la japonesa. No utiliza embalajes innecesarios y el marketing es discretísimo. Además sus productos están empaquetados con simple papel de estraza. Recuerdo, al hilo de esto, que mi amigo Masaharu (tiempo que no sé nada de él, desde que volvió a Japón y dejo Mita en manos de otros nipones) me explicaba que los japoneses (no sé sí ahora se habrán “occidentalizado”), no envuelven nunca los regalos con papeles de colores, llamativos, lazos, etc., por un motivo muy sencillo: “El envoltorio no puede restar importancia al contenido”.

Ya me fui por las ramas de nuevo, leñe que cruz!!!!!.

En Madrid, en la calle Fuencarral, está “Muji”. La tienda es pequeña, aunque deseo que en cuanto encuentren “árbol donde ahorcarse”, amplien el espacio ya que faltan muchas secciones, entre otras la del mobiliario que me encanta.

En Muji (cada vez que lo oigo es como la vuelta al cole y escuchar de nuevo mi apodo colegial, jajajajaja) me pasa como en la FNAC, mi Visa salta de la cartera y huye despavorida, jejejeje. Los artículos que venden, de “casi todo” tipo ya que la tienda, como he dicho más arriba, es muy pequeña para lo que tienen en otros países, son de buenísimas calidades (dicen que diseños famosos pero sin “firma oficial” que es lo que los encarece). Son como las marcas blancas de los diseñadores de cualquier cosa. Son productos sencillos pero muy funcionales y sin que ello implique que no tengan un diseño muy atractivo y, lo que es seguro, es que al llegar a casa no quedarán abandonados en un rincón. Y lo mejor, asequibles.

En la tienda de Madrid hay “productos” (Risto dixit, jajajaja) de baño, cocina, dormitorio, papelería, complementos y algo de ropa. Y, sobre todo, gente y poco espacio para mi gusto (además de con ganas de chafardear, me he levantado reiterativa. Será la edad????? Jajajaja).

Voy a ver si me escapo esta tarde esperando que, los millones y millones de coches que han “huido como almas que lleva el diablo” este “bridge”, colapsando las salidas, a cualquier sitio imaginable e inimaginable, me permita disfrutarla un poco sin pelearme con alguna “maría” por mirar un cenicero “super-cool”.

No soy yo muy “cool-hunter”, más bien me gustan los productos “cheap” con “good aspect”, jajajaja.

Ahora, al menos en Madrid, es casi de obligado cumplimiento, en cada “sentence” que dos “words” vayan en el idioma de mis queridos Chaaaarles and Camilla, es lo más “cool”. Amazing!!!! Que diría un profesor del reallity “Fama”. ;-)))))

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